Una lesión cutánea es una zona de la piel que es distinta a la piel que la rodea. Puede tratarse de lunares, verrugas, acrocordones, adenomas sebáceos, milliums entre otros.
Una vez anestesiada la lesión, se produce una vaporización selectiva de la misma, muy precisa, de forma que el cirujano puede controlar la profundidad exacta a la que quiere llegar. De esta forma conseguimos eliminar la lesión de forma muy precisa, minimizando el riesgo de una cicatriz posterior.